Este precioso monasterio cisterciense data del siglo X.Es una joya digna de admirar, tanto la edificación como los paisajes que lo rodean.Los monjes,además de orar,se dedican a labores propias del campo.Tienen ganadería y unos maravillosos mastines...Espero haber sabido transmitir la atmósfera bucólica que envuelve esta histórica edificación.
Mi agradecimiento a Marcelo Portuaria, periodista brasileño,que ha dedicado un hermoso artículo a mis trabajos de pintura,en su blog cultural.En especial al retrato de Sara.